31 octubre, 2013

Madera en otoño en la Dehesa de Carrascosa

Hace unos días ya se adivinaba el otoño en la Serranía de Cuenca. Ahora debe estar en su plenitud.

Aunque esta zona es muy rica en bosques de coníferas (concretamente de pino negral (Pinus nigra), rodeno (Pinus pinaster) y albar (Pinus sylvestris)), no faltan los bosques mixtos de frondosas en los que podemos encontrar robles quejigos (Quercus faginea), arces (Acer monpessulanum), murrioneras (Viburnum lantana), majuelos (Crataegus monogyna), euonimos (Euonimus japonicus), madreselva (Lonicera spp.), álamos temblones (Populus tremula), acebos (Ilex aquifolium), cornicabras (Pistacia terebinthus), cerezos de Santa Lucía (Prunus mahaleb), etc.






Esta mezcla de especies aporta colores otoñales que hacen del campo un espectáculo en estas fechas.













En la Dehesa de Carrascosa, además de empezar a disfrutar de algunos colores, me he encontrado con este ejemplar, que tiene un diámetro aproximado de 1,50 m. No sé qué edad puede tener pero debe ser centenario.





También he sido testigo del amor imposible entre un pino y un quejigo:



Y de las labores de corta de madera y apeo de árboles que se han llevado a cabo este último mes:



Se ha cortado madera de pino negral (Pinus nigra) y siempre me resulta interesante ir a ver estas labores.



Estos fustes de pino tienen aproximadamente 90 cm de diámetro:












En este corte transversal de un fuste se puede ver cómo se van cerrando las heridas que ha recibido el tronco:



Esta es la señal que están obligados a poner durante la realización de los trabajos, ya que se trata de una actividad peligrosa para los que pasan por ahí:



Un tocón impresionante, esta vez de un quejigo que estaba ya podrido:





Este verano he visto varios de estos...miden como unos 3 cm de largo y asustan un poco, pero parece que son dípteros, no sé si picarán:




Otra cosa muy interesante es ver las ramas en los cortes transversales de los fustes. Esos dibujos que se ven son ramas que han nacido, se han desarrollado y después han perecido. Mientras tanto el árbol ha seguido creciendo en diámetro y cubriendo con sus nuevas capas de cambium y corteza la rama existente, hasta que con el tiempo la han rodeado y se ha cerrado el hueco, quedando ese dibujo como de una punta de lanza que se observa en la imagen:





En esta imagen incluso se ve la rama saliendo del tronco, para que se entienda mejor:



Las marcas en estos fustes son los restos que han quedado de la época de resinación, cuando sacar resina de los pinos daba trabajo y dinero en España. Hará aproximadamente unos 50 años que no se realiza esta actividad en la zona.



Aquí vemos la placa metálica que sostenía la vasija donde se recogía la resina:





Un tractor agrícola arrastrando fustes:







Y para terminar una mantis religiosa, muy graciosa ella:

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